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Flexibilidad y rango de movimiento articular

A todos nos desgasta mucho más caminar agachados. Es objeto de la biomecánica ciclista estudiar y analizar la capacidad motora de un ciclista que es finita y marca la línea fronteriza entre la eficiencia y el malgasto energético. Los estudios biomecánicos para ciclistas están destinados a evaluar y estudiar el binomio ciclista-bicicleta cuando éste se encuentra en movimiento. Por lo tanto, atender a la capacidad motora del ciclista será de vital importancia para ser eficientes y potentes dando pedales.

La dinámica convierte las medidas antropométricas en una referencia útil como punto de partida a tener en cuenta a la hora de recomendar las medidas de la bicicleta, pero será del todo insuficiente para optimizar la capacidad motora del ciclista. Existen ciclistas de todo tipo; muy altos o muy bajos, anchos o estrechos, con las piernas largas o cortas, pero estas características no guardan relación alguna con la funcionalidad del mismo ciclista. Las medidas antropométricas no definen la capacidad motora de un ciclista. Ésta viene definida por multitud de factores entre los que encontramos la flexibilidad de determinados grupos musculares y el rango de movimiento efectivo que permita la cadera. Comprender cómo se comporta el ciclista nos permitirá equilibrar su flexibilidad y rango de movimiento articular sobre la bicicleta, y así optimizar su capacidad motora.

Por lo tanto, para conducir a un ciclista a una posición donde pueda desarrollar toda su capacidad motora y por consiguiente todo su potencial, deberemos de respetar sus rangos únicos de flexibilidad muscular y movilidad articular.

Flexibilidad muscular

Toda la cadena muscular posterior a excepeción de glúteos, interviene poco de manera directa en el stroke (véase artículo sobre el “técnica del pedal stroke”), pero compromete directamente su calidad. La angulación óptima de la espalda respecto de la cadera cuando el pedal se encuentra en el punto más bajo de la circunferencia que dibujan las bielas (180 grados) viene definida, sobretodo, por la flexibilidad isquiotibial; a más angulación del tronco, mejor flexibilidad isquiotibial deberemos de tener para mantener inalterado el confort y el rendimiento. Al flexar el tronco se estira toda la cadena posterior; gemelos (en menor medida), isquiotibiales y lumbares. Por lo tanto, será necesario descubrir qué angulo tronco-cadera soportan con mayor facilidad nuestros isquiotibiales y lumbares para poder ejecutar así el stroke de manera óptima. El angulo tronco-cadera deberá de respetar nuestra flexibilidad isquiotibial y lumbar para pasar sin penalización por los 180 grados del stroke.

Valoración de la capacidad motora de un ciclista en Cycist LabValoración de la capacidad motora de un ciclista en Cycist Lab

Movilidad articular 

Si subimos al otro extremo del stroke, a los 0 grados, deberemos de descubrir hasta qué punto puede flexarse la cadera respecto del tronco para seguidamente extenderse sin perder capacidad motora. Será de vital importancia descubrir el umbral donde esa cadera empezaría a perder “tracción”. La capacidad motora de una cadera comprometerá directamente la eficiencia y calidad del primer cuarto del stroke. Demasiada flexión inhibe la musculatura extensora de cadera, glúteos y puede comprometer la extensión de rodilla. (véase artículo sobre “técnica del pedal stroke”)

Así como la flexibilidad muscular es un parámetro que puede estar sujeto a cambios como respuesta al entrenamiento, la cadera, al ser una articulación, no es susceptible de experimentar mejoras muy significativas en su movilidad. La movilidad articular de cadera tiende a quedar estancada en un rango relativamente reducido.

exploración de la flexión de cadera para evaluar la capacidad motora de la cadera a su paso por los 0grados.Valoración de flexión de cadera para evaluar la capacidad motora por los 0grados.

Alcance y altura del manillar

Con el fin de optimizar la capacidad motora del ciclista, la movilidad articular y flexibilidad muscular deberán de respetarse con el alcance (reach) y diferencia de altura sillín-manillar (drop). La posición del manillar determinará el ángulo tronco-cadera, y por lo tanto deberá de atender a sus necesidades. Este es un punto clave dentro de nuestro recorrido hacia la optimización de nuestra capacidad motora. Si las medidas de la bicicleta nos conducen fuera de nuestro rango de movimiento efectivo, estaremos dedicando mucha energía a lidiar con las problemáticas biomecánicas derivadas del sobreesfuerzo, en vez de dedicarla a pedalear. Estaremos caminando agachados…

Conclusión

La capacidad motora del ciclista es un parámetro variable y único de cada individuo que definirá las angulaciones más adecuadas para cada ciclista. Por lo tanto inclinaremos el tronco respecto de la cadera tanto como nos permita la flexibilidad muscular y movilidad articular. Nunca deberemos de sobrepasar el umbral a partir del cual isquiotibiales y cadera dejan de ser funcionales o aptos. Respetar la funcionalidad del ciclista nos conducirá hacia una biomecánica sana, eficiente, potente y segura.

 

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